Colaboraciones de Pablo Ambrogi

Pablo Ambrogi estudió filosofía en la Universidad de Cambridge y derecho en la UBA. Ha escrito artículos y reseñas para La Nación, y su traducción al español de “Services Pending”, de Susan McCarty, apareció en 2012 en The Iowa Review. Alberga amplias simpatías por autores norteamericanos y argentinos como T.S. Eliot, Jorge Asís y Saul Bellow.

Ishion Hutchinson

Publicado el 20 de julio de 2014 por Ishion Hutchinson y Pablo Ambrogi en BAR(2), Poesía.

 

UNA CHICA EN NAVIDAD

El coro interminable.
Pescado con hinojos. Nieve. Árbol
de navidad, clavo y granada.

Todo esto la reconforta: leche
que es amor soñando en una
mano; gajos de mandarina manchan

la otra. Son interminables,
estos adornos tribales, alegrías
de coral, la cerámica azotada, carozos

de durazno. Semillas de ají rojo.
Después ella brama su coro salvaje,
y baila hasta volverse un festival.

*

VERS DE SOCIÉTÉ

Se habla un poco de Larkin
entre quiche y paté, olivas
el proclamado granuja
desmenuzado como si se nos fuera la vida;

circunspecta, la anfitriona neutral
palideció ante pastillas y diafragma,
sacudió su cabeza peinada de escarcha,
insistió en que por favor deje

a ese bruto frío, y pase a donde la vida
es modesta, las islas, quizás,
no esta falange social;
pero él respondió, impasible:

ésas son las tonteras de una perra;
un golfo se cavó en su cara;
el champagne se volvió pis;
respiración cardíaca, nadie se quiebra,

esperando la sangre sobre el hielo,
una extremidad, una voz rompiendo
en … Leer más »



Sin olas

Publicado el 28 de abril de 2013 por Lincoln Michel y Pablo Ambrogi en Ficción.

Lincoln Michel
traducción de Pablo Ambrogi

El viento salado azotaba la cara de Silas Madero, pero su hija no aparecía. Siempre le hacía esas cosas.

Silas entró de nuevo a la estación. Se secó el cuello y la cara con servilletas del puesto de café. Le dolía la pierna. Se sentó en una silla y miró el menú. Los médicos le habían dicho que no podía tomar café espresso ni nada ácido. Se preguntó si en este país de mierda habría algo decente que pudiera comer.

Un tipo con traje a medida abría y cerraba un portafolios de cuero. Silas dedujo que era de la mafia, y que en el portafolios había drogas o plata o dedos meñique.

Trató de recordar por qué el casamiento era en Italia. Alguien de alguna rama de la familia de este dentista de mierda debe … Leer más »






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